lunes, 28 de noviembre de 2011

Vivir en minutos!

Hacía mucho que no publicaba una entrada en el blog. Quizás últimamente me parece más interesante publicar un artículo de opinión, que narrar detalladamente cómo fue mi día o mi fin de semana. Hay que dejar lo superfluo e ir a lo esencial.

Mi entrada de hoy va dedicada exactamente a nuestra existencia. Considero que la vida son minutos, una persona puede vivir más en un minuto que en varios años de su vida.

¿Qué valor tiene escuchar ciertas palabras de alguien, palabras que siempre habíamos deseado escuchar?...o también el valor que tiene poderlas decir de nuestra propia boca, o pasar instantes, momentos felices, momentos en los que das al “pause” y piensas para ti…me acordaré de este instante durante mucho tiempo, me acordaré de este segundo, de este minuto en que río o estoy feliz porque alguien dijo algo elocuente, o algo sin sentido, alguna bendita locura quizás. Estoy segura de que todos tenemos estos pequeños instantes de felicidad, momentos en los que dejas atrás un día duro o un momento difícil, creo que en esos instantes se encuentra la vida, la verdadera felicidad, la razón por la cual doy gracias por tener lo que tengo y poder compartirlo con quien lo comparto.

Además en esta existencia de largos o cortos días; hay personas que deciden pasar inadvertidas, mientras otras deciden sacar el máximo partido a sus vidas y a estas últimas confieso que las admiro profundamente, son persona que tienen luz, un don.., ¿como estar en mil actividades, eventos, tener una brillante carrera profesional, estudiar, hacer deporte, leer y demás…?. Yo procuro parecerme a ellas, y he de decir que sacarle el máximo partido a la vida (o intentarlo en mi caso, para ser más exactos) es una mezcla agotadora y fascinante, la sensación de sentirse realizada no tiene precio alguno, es saber que en el futuro podrás hablar de tu pasado y recordarlo como extraordinario, siendo a la vez conscientes de que vivir el presente es lo importante, es lo único que nos pertenece, y aunque a veces faltan horas del día, la gratificación elude por completo a la mínima pizca de estrés que se pueda producir como efecto adverso. De cada actividad, o evento, siempre intento encontrar ese minuto, ese instante en el que te dices: “soy feliz, me alegro por ser quien soy y por estar en este momento aquí”.

Un Saludo cordial, Ana.